Romeo pide a su fiel criado Baltasar, que le traiga un bote de matarratas, porque el dolor que siente , no le permite seguir viviendo. Baltasar, nerviso y obedeciendo a su amo, va corriendo como alma que lleva el diablo, hacia la sacristia, donde Fray Lorenzo lo guarda todo. Entre tanta estanteria, botes y demás utensilios que guardaba Fray Lorenzo, unido a que no sabía leer, Baltasar decidió oler bote por bote a ver cual le olía peor, y entre tanta confunsión, se hizo un lío y cogió el bote que le pareció. Sin perder tiempo corrió hacia el altar, donde desconsolado lloraba Romeo. Baltasar, sin mediar palabra, alargó el brazo entregandole el bote a su amo. Ante lo que Romeo dijo: "Fiel amigo Baltasar, aquí termina mi historia..." 

Mientras Romeo, entre temblores y sudores, piensa, "¡Qué muerte mas cruel!", Julieta comienza a despertar, pues el efecto de su poción mágica, empieza a desaparecer. Romeo, con retortijones, no da credito a lo que está viendo. "Julieta , estás viva!", grita , emocionado pero al mismo tiempo lamentandose por su mala suerte, pues cree que en breves momentos morirá..

Pero lo que él no sabe, es que en realidad, lo que había tomado, se trataba de un laxante solamente.

Al final, al ver que la hora de su muerte no llegaba, pudo dar comienzo a la historia de amor eterno con su amada Julieta.